Muerte entre las flores

domingo, noviembre 26, 2006

Malasaña (y el Rey Lagarto)

Este fin de semana he salido por malasaña, con los amigos, como contrapartida a toni por acompañarme a ver "Casino Royale". (lo sé, no tengo mucho gusto en el asunto cinematográfico, pero es lo que hay)

El caso es que todos los findes sufro el mismo proceso.

Llega el viernes tarde y siempre digo; este finde sí, voy a salir de juerga, me voy a poner borrachillo y voy a terminar en casa de alguien comiendo macarrones y riendome de las cosas que hayan pasado con los colegas (es mi salida ideal). La tarde deja paso a la noche y se lleva consigo todas mis ganas. Los madrugones, el metro de madrid y la falta de sueño acumulada de toda la semana pueden conmigo. -Mañana hay tiempo de sobra, me digo-

Luego el sábado, con todas las cosas que hay que hacer que no se pueden hacer entre semana devoran las horas con gula y me planto en la noche con el mismo traje que tenía el viernes. Esto suele desembocar en que últimamente salgo menos que las carmelitas, pero este finde no ha sido así. Este finde ha tocado malasaña.

Y a pesar de las tentaciones de mi cama y el último libro adquirido, "La sombra de Poe", (que ya comentaré), me pegué una duchita y me fuí a reunirme con la gente y nos fuimos de fiesta.


Por Malasaña se conoce en Madrid una zona céntrica de ocio en la que se encuentran reunidos multitud de bares con música de rock americano, tanto moderno como de los años 80 -90, british pop y todos los estilos que se pueden definir como vanguardistas y/o underground. Es en esta zona donde me encuentro más comodo, aunque reconozco que miro a la mayoría de la gente que se podría decir que "están en su salsa" con una mezcla de curiosidad y de recelo (lo que me ocurre con toda la gente que se define de una manera radical. La ambiguedad, cuando es vacía de contenido, es peor. Pero suelo pensar que es producto de una mirada más panorámica).

El caso es que estuvimos en un bar, "El rey lagarto", que merece destacar porque bebimos sin que nos pareciese garrafón y disfrutamos de buena música americana (metallica, muse, entre esos parametros se movía "el chico de los cedéses"). En el caso de la bebida también es importante decir que había calimocho. Yo no bebí (calimocho) porque iba con ansia y me tiré al ballantines, pero por lo que me dijeron estaba bueno y es una bebida que me gusta mucho (la cerveza y yo no nos llevamos muy bien).

El resto de la noche fué una visita a la vía láctea, que cada vez me gusta menos, (en otro post comentaré algo acerca de este histórico garito) y un rato en un parque donde se reunen muchos hippijillos adolescenes y donde pude degustar de una de las mejores cosas que tiene la noche de madrid, el cátering asiático. No sé si en otras ciudades pasa lo que en madrid, pero el caso es que, en muchas zonas de copas multitud de chinos ( leasé aquí coreanos, surcoreanos, taiwaneses y demás) con cajas de cartón se apostan en las esquinas para vender bocatas y tallarines y arroz. Y te lo entregan caliente (bueno, templado) !!!. Es un misterio que algún día desentrañaré. Cuando llegan las 5 -6 de la mañana el chino te parece san pancracio y los tallarines el mejor manjar del mundo.

Así acabé la noche, con la tripa llena y unas risas en el autobús de vuelta. Y yo pensando en lo tonto que soy por dejarme vencer por la pereza pudiendolo pasar tan bien un sábado por la noche.

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